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8 consejos para un rectifcado efectivo

Una revisión de los fundamentos podría ayudar a acabar con el cuello de botella que representa el rectificado

En este negocio, el rectificado es un punto clave. En cada proceso co-rriente arriba, la mayoría de los fabricantes de chapa metálica de precisión emplean al menos cierto nivel de auto-matización. Sin embargo, no hay vuelta de hoja: rectificar una soldadura en una pieza formada es y tal vez seguirá siendo una operación manual en gran medida.

El acto de rectificar puede ser engañosamente simple, pero la clave está en los detalles. Un rectificado efectivo requiere que los operadores apliquen suficiente presión en el ángulo correcto para dejar que los granos—la “herramienta de corte” de un disco rectificador—remuevan la mayor cantidad de metal en el menor tiempo, sin desgastar prematuramente el disco ni quemar la herramienta rectificadora.

Las variables abundan, y manejarlas de manera efectiva puede ser vital para un flujo eficiente de las partes. Al fin y al cabo, no importa qué tan sorprendentemente rápidos sean los procesos corriente arriba, si las partes tardan años en el departamento de rectificado.

Claro que este tema podría ocupar todo un libro, pero como punto de partida aquí tiene usted 8 consejos que pue-den ayudarlo a hacer el mejor uso de su operación de rectificado. Estos factores sólo arañan la superficie (por así decirlo), pero pueden darle algunas ideas de partida sobre cómo acabar con el cuello de botella que representa el rectificado.

1. Use la herramienta correcta para el trabajo. Los discos rectificadores son consumibles, las herramientas de potencia no deberían serlo. Asegúrese de usar la rectificadora adecuada que maneje el amperaje adecuado para el trabajo en cuestión. Si una aplicación demanda entre 8 y 10 amperes de presión y usted usa una rectificadora de ángulo recto para 6 amperes, de inicio ya está en problemas.

Una rectificadora no debería ser una herramienta de úsese y tírese, y desde el punto de vista económico tiene sentido gastar un poco más en una herramienta de mayor calidad hecha para trabajo industrial. Una rectificadora que cueste el doble le dará mejores resultados, y su vida útil puede medirse en meses o incluso en años, y no en semanas.

Además, los discos rectificadores de alta calidad así como los discos de láminas funcionan con rectificadoras de ángulo recto como un sistema. Una vieja carcacha (es decir, una rectificadora de baja calidad) con llantas de primera (disco rectificador de alta calidad) puede manejarse un poco mejor, pero está lejos de brindar el viaje ideal.

2. Trabaje seguro. Usar la herramienta correcta para el trabajo contribuye a una operación segura. Muchos operadores usan rectificadoras sin guardas, y esto abre la posibilidad de lesiones, sin mencionar una tremenda multa si viene OSHA a su taller. Sí, la guarda puede ser una leve molestia en algunas circunstancias, pero sin guardas esa molestia podría convertirse en una grave emergencia.

Puede surgir una molestia aun mayor si usted tiene una herramienta con una potencia menor a la requerida, o peor aún, si usa la herramienta completamente equivocada para el trabajo. Si necesita rectificar áreas estrechas, no vaya a quitar la guarda y meter a la fuerza una rectificadora de ángulo recto. Use la herramienta correcta, como una rectificadora de lima, que hace el trabajo más rápido, y lo más importante, más seguro.

Además, al cambiar el medio abrasivo, primero desenchufe la herramienta. Para cambiar el medio, intente volteando la cabeza de la herramienta de potencia hacia arriba para que usted pueda bloquear el botón de seguridad, deje la herramienta en su antebrazo, luego quite el abrasivo mientras está hacia arriba. Esto le da un mejor control durante el cambio de abrasivo, y evita que lo deje caer.

De hecho, dejar caer el abrasivo es una de las causas más ignoradas de falla del abrasivo—y un disco que cae en una rectificadora de ángulo recto de alta velocidad puede ser bastante peligroso. Hasta la fractura más pequeña puede hacer que un disco se rompa en operación. Es muy frecuente que los operadores dejen caer un disco, lo inspeccionen y luego lo pongan en la rectificadora, sólo para que el disco salga volando.

3. Observe el flujo de las chispas. En un mundo ideal, todo taller tendría un amperímetro a la mano. Conectado a la herramienta, un amperímetro revela si el operador está presionando demasiado o no lo suficiente. La presión puede cambiar

dependiendo de la capacidad nominal de la herramienta y de la rueda abrasiva, pero una presión óptima en una aplicación industrial general de rectificado usualmente está entre 8 y 10 amperes. Si el amperímetro da un valor abajo de este intervalo, usted no está presionando lo suficiente; si la medida excede este intervalo, necesita bajarle un poco a la presión.

Claro que no estamos en un mundo ideal, y la mayoría de los talleres no tiene el lujo de un amperímetro. Sin embargo, toda aplicación de rectificado de metales produce chispas, y el flujo de esas chispas puede leerse como un amperímetro visual, por así decirlo.

La forma en que esas chispas de la pieza fluyen puede decirle mucho sobre la verdadera efectividad del rectificado. En la mayoría de las aplicaciones, las chispas deben fluir a una distancia entre 3 y 4 pies (0.9 y 1.2 m) de la pieza de trabajo, de manera consistente. Esto muestra que los granos en la rueda están haciendo lo que se supone deben hacer—remover el exceso de metal de soldadura.

Si usted presiona demasiado o no presiona lo suficiente, el flujo de las chispas no será tan pronunciado. Presionar demasiado sobrecarga y sobrecalienta el disco, haciendo que los granos se vuelvan vidriosos y lisos. Los granos ya no penetran en mucho metal de soldadura, lo que a su vez reduce la producción de chispas. De manera similar, si no presiona lo suficiente, los granos no entran bien en contacto con la pieza de trabajo, por lo que no remueven mucho metal de soldadura con cada rotación del disco.

4. Escuche a la rectificadora. El sonido de una rectificadora puede indicar problemas similares. Cuando está haciendo buen contacto, la rectificadora debe emitir un sonido con un paso de cierta forma constante. Si el paso se hace más lento, usted está forzando la herramienta; si el paso aumenta, es probable que necesite aplicar un poco más de presión.

Un paso lento con frecuencia bajará y subirá repetidamente, sonando un poco como una trituradora de papel tratando de trocear demasiados papeles a la vez. He aquí la solución: bájele un poco a la presión. Es un signo clave de que está forzando la herramienta de potencia. De manera similar, un paso alto tiende a saltar o castañear conforme el disco rectificador rebota por de las protuberancias del metal de soldadura excedente. He aquí la solución: presione un poco más.

5. Ponga atención a su ángulo de operación. Generalmente, los discos rectificadores están diseñados para u-sarse a un ángulo de operación entre 5 y 10 grados con respecto a la horizontal, y el patrón de desgaste en la circunfe-rencia de la cara del disco debe ser alrededor del doble del espesor del disco. Si eldisco tiene un espesor de 0.25 pulgadas, entonces deberá mostrarse en la rueda un patrón de desgaste de 0.5 pulgadas de ancho. Si el patrón de desgaste es, digamos, 0.75 pulgadas, su acercamiento es demasiado plano, lo que significa que hay demasiados granos del disco rectificador haciendo contacto a la vez. Si el patrón es tan sólo de 0.25 pulgadas de ancho, su ángulo de acercamiento es demasiado alto.

6. Mantenga una presión consistente de principio a fin. Tratándose de técnica, rectificar una soldadura es bastante sencillo: mover el disco (de nuevo, a un ángulo entre 5 y 10 grados con respecto a la horizontal) hacia adelante y hacia atrás. Eso es Rectificado nivel princi-piantes. Pero la forma en que lo aplique puede ser como mínimo una causa raíz de problemas.

Es probable que aplique de forma natural más presión al empujar el disco hacia adelante y que luego reduzca la presión al jalar el disco hacia atrás. El exceso de presión al avanzar sobrecalienta y hace vidriosos los granos del disco. Hasta puede que vea el borde del disco tomar un color naranja. Entonces reduce la presión al retroceder y escucha un castañeo. En realidad, está obteniendo lo peor de ambos mundos. Sobrecalien-ta al avanzar y hace que el disco rebote en la superficie al retroceder. Después de todo ese esfuerzo, en realidad no ha eliminado tanto metal de soldadura.

Un rectificado efectivo requiere una presión constante al avanzar y al retroceder, de nuevo, ni excesiva ni demasiado ligera. Lo que busca es aplicar suficiente presión para que los granos del disco hagan su labor, pero no más.

7. Adapte su técnica y sus consumibles para el material. Mover el disco hacia adelante y hacia atrás funciona bien para muchos aceros suaves convencionales, pero puede no ser ade-cuado para todos los metales. Pongamos el acero inoxidable. Pregunte a cualquier operador sobre el acero inoxidable, y le dirá lo pegajoso que es el material, y como tal tiene características de maquinado muy diferentes.

El rectificado básicamente es una operación de maquinado. Los bordes de corte (es decir, los granos) y virutas simplemente son más chicos. Tal como se diseñan diferentes herramientas de corte para diferentes aplicaciones, se diseñan diferentes discos rectificadores para metales diferentes. Por ejemplo, algunas soldaduras en aceros de alta resistencia resistentes a los abrasivos se sabe que se rectifican mejor con discos especiales que pueden “cincelar” o “mordisquear” el metal de soldadura duro con alta resistencia a la tensión. Sin embargo, observe que este tipo de selección es específico para la aplicación. Asegúrese de verificar con su representante de discos abrasivos, quien debe poder recomendarle el mejor disco para el trabajo en cuestión.

Al cambiar de material, su técnica de rectificado puede cambiar. Por ejemplo, debido a que el acero inoxidable conduce el calor de la manera en que lo hace, una rueda rectificadora puede calentar la superficie metálica y volverla azul en un dos por tres. Si es un área importante en términos de estética, es probable que necesite retroceder y lijar de nuevo o pulir toda la superficie.

En lugar de empujar hacia adelante y jalar hacia atrás el disco rectificador sobre la costura de soldadura por arco de tungsteno con gas, simplemente jale—casi como si estuviera “peinando” el exceso de metal de soldadura. Este método de jalar, levantar y repetir tiende a eliminar acero inoxidable y ciertos aluminios de manera más eficiente. Además le da a la pieza de trabajo un momento para enfriarse entre cada pasada de rectificado, lo que puede minimizar o eliminar ese efecto azulado tan común en la superficie metálica.

8. Piense cuidadosamente en reducir pasos. Si una parte eventualmente se va a preparar para pintura, usted puede usar un disco rectificador de grano grande para quitar la soldadura, luego un abrasivo de grano 60 o similar para reducir el valor de Ra, o la profundidad de rugosidad media. Estos pasos pueden ser críticos. Cada rayón que hace un disco abrasivo en el metal debe eliminarse posteriormente con un medio de grano más fino, y si usted salta de un disco muy tosco directamente a un medio de grano fino, puede haber problemas. Si usted se detiene demasiado pronto, puede no haberle dado al grano tiempo de remo-ver los rasguños profundos hechos por el disco de grano grueso. El resultado es que la pintura no se adhiere a la superficie, y la parte se regresa a retrabajo.

Sin embargo, dependiendo de la aplicación es posible que pueda reducir los pasos de rectificado con los medios abrasivos correctos. Ciertos discos de láminas, por ejemplo, pueden reducir o eliminar pasos adicionales de acabado, dependiendo de la aplicación.

El disco de láminas tiene una serie de láminas abrasivas sobrepuestas entre sí. Esto le permite tener muchos puntos de corte (es decir, granos) en un área pequeña, dándole una agresiva acción de corte. Sin embargo, debido a que las láminas no se mantienen en su sitio de manera rígida, no cortan tan profundo en el material con un solo paso. Ésta es la razón de que un disco de láminas específico pueda remover metal de soldadura a la misma velocidad que lo haría, digamos, un disco rectificador convencional de grano 36, mientras que deja un acabado final de un material de grano 60.