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La industria de los electrodomésticos en México: bajo presión

¿Puede mantener su ventaja en manufactura uno de exportadores líderes mundiales de línea blanca?

La industria de los electrodomésticos en México: bajo presión - TheFabricator.com

BSi usted hiciera una fila con la línea blanca hecha en México destinada para exportación, tendría muchas lavadoras alineadas una tras otra. De los 11.9 millones de enseres mayores producidos en México en 2010, alrededor de 5 millones se exportaron, de acuerdo a estimaciones de la firma consultora The Freedonia Group.

Durante los últimos 20 años, México ha sido un exportador clave para la industria de los enseres mayores. Los bajos costos de la mano de obra y la proximidad lo han hecho una ubicación ideal para manufactura para el mercado estadounidense, y recientes inversiones hechas por gigantes de los electrodomésticos como Electrolux prueban que la región sigue teniendo ventaja.

Sin embargo, conforme la competencia global aumenta en la industria de los electrodomésticos, México se está dando cuenta de que ya no es la única región que puede producir electrodomésticos de calidad de manera rentable. La cuestión es si las fortalezas de México son suficientes o no para mantener su posición como un exportador líder de electrodomésticos, o si sus debilidades lo harán caer bajo la presión.

Hecho en México

México ha sido parte importante del panorama de la manufactura de electrodomésticos por más de dos décadas. Whirlpool Corp. y GE fueron los primeros en hacer productos en México a finales de la década de 1980 a través de sociedades con productores locales, y ambas compañías han seguido invirtiendo en la región a través de los años. Para finales del año 2000, compañías internacionales como AB Electrolux de Suecia y LG Electronics de Corea del Sur también estaban manufacturando en México pues trataban de entrar al mercado estadounidense. Manufactureros por contrato como Flextronics respondieron al crecimiento aumentando así mismo sus inversiones en el área.

En los últimos 10 años, la industria manufacturera de electrodomésticos de México ha disfrutado de un enorme crecimiento. De acuerdo con el Secretario de Economía, entre 2000 y 2010, la inversión extranjera directa acumulada en la industria eléctrica de México (que incluye electrodomésticos) alcanzó un poco más de $7 mil millones. En ese mismo periodo, Samsung construyó una planta de refrigeradores y aires acondicionados en Querétaro, y Whirlpool gastó más de $320 millones para producir más refri-geradores, lavadoras y estufas en México. En 2005, Electrolux abrió una planta de $100 millones en Juárez con capacidad para producir 1 millón de refrigeradores al año. En el ínterin, la compañía sueca agregó equipos de lavado a su línea y más recientemente agregó una operación de chapa de una nueva marca. Actualmente, un estimado de 78 plantas de electrodomésticos se localiza por todo México, representando casi a todas las marcas de enseres mayores.

Fred Turner, vicepresidente de electrodomésticos y soluciones para estilos de vida en Flextronics, dijo que la industria manufacturera de México no sólo se ha expandido en términos de producción, sino también en términos del tipo de manufactura.

“Ha crecido desde una operación básica conforme los manufactureros de equipo original (OEMs) de enseres mayores han expandido su producción a la región”, dijo. “En Monterrey, por ejemplo, hay una alta concentración de fabricantes de metal que apoyan a la industria además de los OEMs de electrodomésticos. Aun cuando los OEMs tienen una presencia importante por sí solos, además han introducido a otros fabricantes que no elegirían incluir en sus propias operaciones”.

Turner agregó que además está viendo a más compañías internacionales entrar en escena.

“Las compañías coreanas están ha-ciendo crecer sus centros manufactureros en México con un espectro completo de integración vertical, ya sea interna o subcontratada, incluyendo diseño y administración de cadena de suministro”, dijo. “Las compañías europeas están invirtiendo más en México, también, tanto con marcas de enseres mayores como con proveedores localizados en los mismos centros manufactureros regionales”.

Vienen a (y desde) América

No es ningún secreto que muchos de los electrodomésticos hechos en México en realidad están yendo a otras partes del mundo.

El mercado exportador más grande para México es Norteamérica—y por un enorme margen. De acuerdo con Global Trade Atlas®, los Estados Unidos y Canadá representaron el 92 por ciento de las exportaciones de productos eléctricos totales de México en 2010. Sólo el tamaño de la industria estadounidense de electrodomésticos y su cercanía hacen a los Estados Unidos un mercado importante para México, y los bajos costos de la mano de obra y el embarque libre de impuestos a través de la frontera, han hecho a México una importante base manufacturera para manufactureros multinacionales que buscan llegar al mercado estadounidense.

Por supuesto, buena parte de la expansión de México ha sido a expensas de los empleos de Estados Unidos en la manufactura de electrodomésticos. Las más recientes inversiones de Electrolux en Juárez, por ejemplo, fueron debido a las medidas de reducción de gastos en la planta de Iowa de la compañía—una pérdida de 950 empleos. En un mercado conciente de los costos como el de los electrodomésticos, dijo Rick Thompson, director ejecutivo de la consultoría CRG Partners, los costos de la mano de obra de México son demasiado atractivos para ser ignorados por los fabricantes de electrodomésticos de Estados Unidos.

“Cuando todo es mercancía—la chapa, los componentes eléctricos en los sistemas de control—y se ha ideado de tal forma que esté diseñado para su manufacturabilidad, y se ha hecho muy eficiente para que se combine bien, no queda mucha ventaja en costos sino en mano de obra”, dijo Thompson.

Y esos beneficios de costos suben y bajan en la cadena de suministro.

“Usted no sólo está obteniendo reducción de costos de mano de obra en su propia planta, sino que obtiene reducción de costos de mano de obra en toda la cadena de suministro, ya sea cajas corrugadas y materiales de empaque o partes de máquina”, agregó Thompson.

Pero conforme la globalización expande el panorama de la manufactura, es arriesgado para regiones como México depender únicamente de los costos de mano de obra, de acuerdo con Mike Deneen, analista industrial senior de The Freedonia Group.

“Un peligro de competir en costos de mano de obra es que siempre puede haber alguien que sea menos caro”, dijo Deneen. China, por ejemplo, ha visto un aumento en los costos de mano de obra debido a la alta demanda, y como resultado, algunas industrias están cambiando la manufactura a Vietnam o a la India”.

Aun bajo los efectos de una crisis económica, hasta Estados Unidos está tratando de recuperar parte de su manufactura. De acuerdo con un reporte del New York Times del 29 de diciembre, los manufactureros en realidad están reduciendo costos de mano de obra en sus plantas en Estados Unidos, para traer empleos de vuelta a América. Los gobiernos locales y estatales también están tratando de convencer a los manufactureros de que se queden en los Estados Unidos. El año pasado, Electrolux impactó a la industria con el anuncio de que Memphis, Tenn. sería su centro manufacturero para productos de cocina norteamericanos. Según las fuentes, el fabricante de electrodomésticos ya tenía un trato para reubicarse en Juárez, pero acabó en Memphis debido a todos los incentivos que recibió.

Aun así, Thompson dijo que los costos de mano de obra en Estados Unidos nunca serán tan bajos como los de México. Como resultado, México debe seguir atrayendo compañías de Estados Unidos, así como compañías que compiten por una parte del mercado estadounidense de los electrodomésticos.

Beneficios por la frontera

Doreen Michelini, presidenta de China Mexico Solutions LLC, agregó que México seguirá siendo una base clave para la manufactura de electrodomésticos. Sin embargo, cuando se trata de competir con Asia, el beneficio real es la ubicación y los costos de la logística.

“No creo que los costos de la mano de obra tengan mucho que ver cuando hablamos de algo tan grande como una estufa, un refrigerador, una lavadora o una secadora”, dijo. “[Las compañías de electrodomésticos] podrían simplemente transportarlos a la frontera a cualquier lugar donde estén los centros de servicio, contra tener que ponerlos en contenedores y transportarlos por agua”.

Gracias al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), México ofrece obvios ahorros en costos en el embarque, pero Michelini dijo que la mayoría de los manufactureros no se dan cuenta de los tremendos ahorros de tiempo.

“Un electrodoméstico de México hacia cualquier parte de Estados Unidos podría estar allá en tres o cuatro días”, dijo. “Si estamos hablando de China a Estados Unidos por barco, se llevaría cuatro o cinco semanas. Más el tiempo de descargarlo en puerto, ponerlo en un tren o en un camión, y luego llevarlo a donde tiene que ir. Estamos agregando tiempo a la ecuación, y el tiempo es dinero”.

Ésa es una razón clave, dijo Michelini, de que esté viendo más compañías chinas que buscan reubicarse en México.

“Cada vez hablo con más y más compañías chinas que buscan cambiar su producción a México”, dijo. “Están buscando ya sea formar una sociedad o establecer su propia instalación en México para aho-rrar no sólo dinero, sino tiempo”.

La proximidad de México con los Estados Unidos también facilita los procesos de logística inversa, como la reparación y mantenimiento de bienes. De acuerdo con Michelini, esto es un beneficio que muchos manufactureros han tenido que usar más de lo que deberían, especialmente cuando se trata de herramental.

De hecho, tanto Michelini como Thompson estuvieron de acuerdo en que el soporte para el herramental es un enorme agujero en la cadena de sumi-nistro de México. Se espera que ese pro-blema crezca conforme más profesionales de las herramientas y dados se acerquen a la edad de retiro en los Estados Unidos, donde las generaciones más jóvenes no tienen interés en aprender el oficio. Michelini cree que eso pone a México frente a una oportunidad, pero también frente a un reto.

“En México no hay muchos mentores que hayan estado haciendo herramental y dados por mucho tiempo”, explicó. “Se tienen trabajadores que quieren aprender, pero no tienen la capacitación o los mentores que les enseñen los trucos del oficio”.

Incluso Turner de Flextronics estuvo de acuerdo en que hay cierto espacio para mejora.

“Actualmente, la cadena de sumi-nistro localizada en México ha evolucionado y mejorado, pero debido a los altos costos de capital, sigue habiendo límites a su capacidad de proveer una gama completa de soporte de metalmecánica”, dijo.

Haciendo que funcione

La cadena de suministro de México ha mejorado con los años, gracias a grandes movimientos de las compañías de electrodomésticos así como una industria automotriz establecida. Thompson dijo que la manufactura esbelta y las prácticas Six Sigma ya no son tendencias, sino que están institucionalizadas.

“Ellos han tenido maquiladoras ya por 25 años en México, especialmente relacionadas con el mundo automotriz”, dijo. “La cultura mexicana es muy disciplinada, así que la mentalidad del proceso de [manufactura esbelta] encaja muy bien aquí”.

Turner de Flextronics dijo que la cadena de suministro de los electrodomésticos en México está empezando a evolucionar a un centro manufacturero totalmente capaz.

“En el pasado parte del trabajo se importaba a México, integrado en suben-sambles, y luego se regresaba a Estados Unidos”, dijo. “Cada vez más operaciones de manufactura para toda la indus-tria se están haciendo en México. De hecho, ha habido varias transferencias de los antiguos centros manufactureros en los Estados Unidos, y se están creando e implementando nuevas tecnologías en los centros mexicanos de manufactura y de diseño”.

La cuestión será si México está o no preparado para construir la nueva genera-ción de electrodomésticos “inteligentes” que los expertos de la industria empiezan a introducir al mercado en los siguientes cinco a diez años. Si la electrónica intrincada se vuelve parte del proceso de ensamble, Michelini dijo que la fuerza de trabajo de México podría estar en desventaja. Aunque se está volviendo más común para los supervisores y gerentes de planta tener grados técnicos, la experiencia y las observaciones de Michelini su-gieren que la mayoría de los trabajadores de las líneas de ensamble siguen teniendo sólo educación primaria.

“Si se va a encomendar el ensamble a ese calibre de persona, ¿eso a dónde lleva a sus costos de mano de obra?” observó.

Sin embargo, los datos sugieren que eso puede estar cambiando. De acuerdo con los datos de la institución gubernamental mexicana ProMéxico, en 2006 cerca de 92,000 ingenieros y más de 1,400 técnicos se graduaron de instituciones mexicanas. De acuerdo con Turner, esas cifras se han reflejado en las operaciones mexicanas de Flextronics.“En todas las fábricas Flextronics en México, tenemos talentosos ingenieros ya sea que han crecido con el negocio y aprendido de la industria, o que han sido reclutados de universidades locales”, dijo.

Considerando todo esto, ¿México tiene lo que se requiere para seguir siendo el lugar de manufactura para línea blanca? La respuesta, por ahora, parece ser sí; pero eso no quiere decir que no haya trabajo por hacer.

“La geografía siempre será una ventaja competitiva para que México dé servicio al mercado mundial más grande”, dijo Turner. “Sin embargo, no debe ser la única forma de posicionar al país junto con la mano de obra barata. El diseño, la ingeniería de manufactura y la integración de la cadena de suministro son los principales intereses de la industria—y ésa es la forma de seguir creciendo y convertirse en la región más grande para la manufactura de electrodomésticos”.n